martes, 6 de noviembre de 2012

Cuento a la luna...

"El porqué la luna parece triste o cuando la luna quiso bajar a la tierra"


La luna observaba la tierra y curiosa de saber cómo sería la vida de los seres humanos, decidió bajar.
Así, se dejó caer.
Cayó en el desierto y, sintiéndose sola, comenzó a llorar.
Su llanto fue largo y abundante, tanto que se crearon surcos en la arena por los que corrían ríos de lágrimas.
En ese río surgió la vida y atrajo al ser humano a vivir a sus orillas.
La luna nunca más estuvo sola, fue feliz y compartió durante años su vida en la tierra.

Evidentemente, la luna volvió a subir a lo más alto, girando a nuestro alrededor y sigue observándonos.
Ya no está triste, ya no llora, a veces parece sonreír con sus afiladas comisuras.

(Lo escribí en Granada, un día de verano, en el que todo lo que veía me parecía estar tan triste  a la vez que esperanzador).

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